"Aquí, como en el acto religioso, en el amor, en la acción moral y en el conocimiento, me trasciendo a mí mismo y en ninguna otra actividad logro ser más yo" (C.S. Lewis)





"...con la sensibilidad de quien no tiene piel y lo siente todo, pero aguanta el golpe para contarlo." (Manuel Rivas, Las voces bajas)






sábado, 21 de julio de 2012

Feliz verano


Vuelvo pronto e intentaré recoger cosas bonitas para contaros a la vuelta...

Mil besos y mil rayos de sol.



jueves, 19 de julio de 2012

Saltar



Es cuando la esperanza ha demostrado su absurdo.
Cuando el ya veremos se convierte en no.
Es cerrarle los ojos a los muertos.

Es cuando sabes la mentira del ánimo,
cuando el silencio ya no es un sueño.
Cuando descubres que estás lejos
y que nunca, nadie, va a llegar.

Es cuando no te esclavizan los anhelos.
El reino del ya da igual.
Cuando ya no queda sitio para el miedo.
Y te sientes libre.
Y saltas.

(De Alma soñada)


domingo, 8 de julio de 2012

Sonrisas y poemas




Sí, ya iba siendo hora de poner algo nuevo. Parece que llega el verano y me despisto…pero no.

En realidad, es que, esta vez, quería poner algo alegre. Porque sí, porque me apetecía, por eso de que si la vida no te sonríe, tienes que sonreírle tú…porque ya está bien de poemas angustiosos… Sin embargo, parece ser que es cierto eso que me dijeron una vez de que mi poesía es triste; así que no encontraba nada realmente alegre (creo que “Veo, veo” ya lo he colgado más de una vez). Medianamente alegre, no triste del todo…eso sí, pero tan alegre que dé un poco de luz, no. Así que he pensado que hay un par de cosas semialegres que os podría regalar, a pesar de no estar contenta del todo: un recital y una sonrisa.
Sí, porque, cuando recito, salgo del mundo gris y agobiante que a veces me rodea, me olvido de todos los problemas que me esperan fuera del escenario y me atrevo a ser “la que soy cuando cierro los ojos”. Sí, porque, cuando, además, recito con Carmen, Rocío, Riki y Marta me siento mucho más fuerte de lo que soy.



Recital "Más que palabras"



Y una sonrisa…o dos. Porque, una vez,  mi padre me escribió en una carpeta del cole eso de “Sonríe siempre, aunque tu sonrisa sea triste…”, y yo, que siempre he sido una niña aplicada, me lo aprendí, y lo he cumplido a rajatabla cada día de mi vida. Sonrisas en medio del miedo, de la angustia, de la rabia, del dolor, de la soledad…sonrisas mojadas en lágrimas o impregnadas de miradas tristes.  Pero las sonrisas son contagiosas y, a veces,  es bueno regalar una sonrisa a los que quieren verte sonreír.
Así que, aunque parece ser que, por dentro, me está costando encontrar sonrisas, hoy comparto con vosotros una, o dos, de las de fuera.








Para terminar, una esperanza. La flor es una de las flores del desierto y será la próxima que cubra mi cuerpo cuando la heroína nazca, después de atravesar el desierto.

Mil besos