Ya ni si quiera sé adónde escribirte
(es otra usurpación que impone el tiempo)
así que apuesto por la fe en la noche y
en uno de estos bancos,
(los de siempre)
donde aprendí a besar y a echar de menos.
Sigo creyendo en ti y
en los poemas,
en los acordes ocres que temblaban
en tu voz apagada y tus pupilas.
Sigo creyendo en ti y en la poesía
que se escribe en un patio de colegio
y que paga por lágrimas y heridas.
Y hoy ni siquiera sé adónde escribirte.
Pero en un banco cualquiera de los nuestros,
una noche cualquiera de septiembre,
necesito decirte que te quiero,
recordar que no llueve eternamente y
creer
que leerás este poema
y en mis versos,
sabrás reconocerte.
Simplemente me parece genial, me encanta!
ResponderEliminarImpresionante, ideal para reforzar los sentimientos. Gracias!
ResponderEliminarUn saludo, Airam.
Photococktail
qué bonito, qué hermoso, purita poesía
ResponderEliminartrébol
Muchas gracias. Es otra despedida que me quedó pendiente...
ResponderEliminara veces el alma dicta cuándo es el momento
ResponderEliminartrb