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viernes, 14 de marzo de 2014
martes, 25 de febrero de 2014
lunes, 16 de septiembre de 2013
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Música.
Lluvia de fondo y,
en el fondo, este sentimiento
conocido que no tiene nombre.
Quisiera envolverme en palabras de nube
o dejarme rodear por verbos de agua.
Pero ahí está.
Esa sensación amarga en el estómago
dulce en el pecho
absurda en una garganta que no habla.
Esa sensación que mis manos le susurrarían a tu piel
si mi voz no te diese tanto miedo.
lunes, 3 de junio de 2013
Biografía
En mi despensa también había
botes de nocilla y cola-cao,
jugaba con la arena,
(como todos los niños)
y conquistaba el mundo en descampados.
Pero pronto,
(demasiado pronto)
llegó el frío,
y el silencio de las
fotografías últimas
llenó la voz que hablaba a mis
muñecas.
Entonces, seguí merendado
bollicaos y donuts
pero dejó de apetecerme
hablar de ellos.
martes, 7 de mayo de 2013
lunes, 29 de abril de 2013
Crebas
Música de acordeóns acompasando o baile das ondas
pedazos de vidro mudados en chispas de sol e salitre
bonecas rotas feitas heroínas
anacos de madeira coa forma dun soño.
Ás veces, gustaríame saber o que o mar podería facer comigo.
Crebas
Música de acordeones
acompasando el baile de las olas,
pedazos de vidrio
convertidos en destellos de sol y salitre,
muñecas
rotas que se han hecho heroínas,
un trozo de madera con
la forma de un sueño.
A veces, me gustaría
saber lo que el mar podría hacer conmigo.
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martes, 23 de abril de 2013
Oración para el día del libro y de las palabras...
Que las palabras recubran mis heridas
y me ayuden a escapar del vacío.
miércoles, 17 de abril de 2013
lunes, 8 de abril de 2013
Las autopistas
son idénticas en todos los lugares.
Igual de rectas,
igual de
ilimitadas
igual de
solitarias
con las luces
del extrarradio brillando a su alrededor.
Siempre prometen
un más allá quimérico,
una posibilidad
para la huida,
una libertad
encarnada en la fuerza que imprimes al acelerador
mientras subes
el volumen de la música
y
gritas.
Las autopistas
serían perfectas
si no existiesen
las ciudades que limitan el infinito.
viernes, 22 de febrero de 2013
miércoles, 13 de febrero de 2013
De nuevo, porque hoy es hoy
Y de nuevo, os dejo un par de regalitos. Igual que el año pasado, el primer poema es de Manuel Pereira y el segundo mío.
Ojalá os gusten. Ojalá todos encontremos un día alguien que nos ame así, y ojalá nunca nos falten palabras para resguardarnos de la lluvia.
Detener tu dolor con mis manos.
Proferir las palabras que nos salven.
O beber la hermosura del mundo en tus ojos.
Amarte. Algo así.
(Manuel Pereira.Tatuajes, ed. bilingüe, Amargord)
Te dejo hablar,
para que tus palabras me resguarden de la lluvia.
(Begoña Regueiro, Inédito)
El Paseo, Marc Chagall |
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lunes, 17 de diciembre de 2012
Para seguir viviendo. Crónica de la presentación de "Diosas de barro"
Alguien con quien paso mucho tiempo
últimamente dice que la vida es como una naranja: hay que morder la
parte más amarga, pero, después, explota el zumo: dulce, fresco,
lleno de luz y de vida.
No podría contar cuántos trozos de
esa pulpa áspera se han convertido en lágrimas y en poemas, pero sé
reconocer el sabor suave y reconfortante que hace desear el siguiente
bocado.
Jueves 22 de noviembre, 18:00h. Dos
sonrisas cálidas esperan a la puerta y recogen con su mirada mi
nerviosismo, mi miedo, mi cansancio. Gestos multiplicados renuevan la
energía y la magia de los cuerpos; las ganas de comerse el
escenario. Y comienza la cuenta atrás. La coreografía se repite
mientras se acoplan música e imagen. Las manos de Marta consiguen
ajustar las sombras y la voz de Yuna dirige los pasos. De repente,
Andrea, que entra con la fuerza del director de orquesta y alza la
voz para marcar los últimos tonos. Patricia, Víctor, Antonio están
a mi lado, atisbando los detalles, cuidando los imprevistos,
esperando a que sus palabras, sus acordes, sus imágenes se integren
en la maravilla de esta tarde.
Y comienza la función. La música
ensoñada de Víctor Zalalla se engarza con las fotografías de
Antonio Flórez en un vídeo hecho por Marta Gómez con el que se
abre la ceremonia: “Diosas de barro” de Begoña Regueiro. Y ahí
estoy yo. Desnuda con mis versos y con mi voz quebrada. La
radiografía de mi alma en palabras de Manuel Pereira me hace un nudo
en la garganta y empiezo a saborear la dulzura de la naranja.
Después, el primer poema y, tras él, la compañía cómplice de
Pablo Rioja que, como siempre, hace que su guitarra llene la sala de
emoción y dé una textura distinta a la cadencia de mi voz. Y la voz
se hace cuerpo, porque ahí delante está la imagen física de mis
sueños y de mis pesadillas...de mis versos. Andrea Rodrigo y
Patricia López han soplado sobre los poemas y les han dado vida,
los han encarnado en Jorge Pérez, Anna Morales, Ana Carolina, Celia
de la Casa, Francesco Rossi, Laura Parejo, Aia Kruse, Sherezade
García y Celia Carrasco. Y, de nuevo, ahí estoy yo, viendo desde
fuera el alma que he dejado impregnada en las palabras y sintiendo
cómo el estómago se me encoge al sentir otra ráfaga de dulzura en
mi paladar. Azúcar y sal. Porque mientras revienta entre mis labios
el siguiente gajo, los moja una lágrima que se ha escapado antes de
tiempo al cosquilleo de la dedicatoria, de las palabras de Patricia
Barrera, que ha sido capaz de desentrañar a una de las mujeres que
se encuentran tras mis diosas de barro. Ahora mi angustia se mueve
sobre el escenario. Ya no hacen falta las palabras porque ellas
solas, Paola Galue y Elena Alemán transmiten en su danza todo el
cansancio de los zapatos impares, los papeles timbrados y los días
grises. Y de nuevo, imágenes, y dramatizaciones, los acordes de la
guitarra clásica y el jugo de la naranja ya casi rebosa mis labios
cuando Juan Pastor toma la palabra para iniciar el debate que cierre
el acto. Necesitamos la poesía para vivir. Lo digo alto,
instintivamente, sin pensar. Lo dice la frescura que inunda mi boca y
se impregna en mi lengua.
Y se cierra el telón, pero no se ha
terminado la dulzura. Quedan los abrazos, las sonrisas familiares, la
sorpresa de los que parecía que no iban a llegar y, ahora sí, de
las lágrimas que recuerdan que las naranjas siguen teniendo piel,
pero que incluso la piel es menos amarga cuando te abrigan brazos
cálidos.
La resaca, esta vez, no explota entre
las sienes sino que mantiene el sabor ácido en el paladar. Gracias a
la TAI, a Andrea, y a Víctor por vuestra mirada y por vuestras
palabras.
Gracias a todos por hacer que esta
mujer de barro no se haya deshecho y siga teniendo ganas de comerse
otro bocado de vida.
Fotografía de Antonio Flórez |
Y, por si os quedasteis con ganas de más, el próximo jueves 20 de diciembre a las 19:30 en el Salón de Grados de la Facultad de Filología (Avda. Complutense S/N) presentará el libro la profesora Isabel Visedo Orden. Ojalá podáis venir.
Pd. Sí, todavía debo fotos...
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