Y sin embargo, el mundo seguía siendo el mismo una hora después, y ella estaba allí sola, en un hotel viejo y sucio, mirando un techo gris, descascarillado y angustioso. Sola, porque ya era tarde y había que marcharse, porque no era tan fácil cambiarlo todo de repente, porque las cosas son como son…Y porque ya no se debían nada.
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ummmmmm q familiar m resulta, ya vivido
ResponderEliminaral menos nada se debían
a menudo en mis hoteles, en mis lugares alguien debe algo a alguien
y no lo va a saldar
(me has hecho volar a varios decorados de mi vida bolboreta, y tb m has hecho verte en esa situación...buen microcuento o macrohaiku jeje)
ummmm, no te creas, yo también tengo algunas cuentas que nunca van a saldarse...
ResponderEliminarTambién había una versión larga del cuento, pero decidí que era mejor así...
Besis
a la vuelta te esperan un par de novedades:
ResponderEliminarun poema un tanto belicoso y un reato q espero q te encante...
cont.
Ummmm...impaciencia, impaciencia...pero bueno, está bien tener razones para volver...jaja.
ResponderEliminarMe encantará, seguro.
Mil besos
vuelve guapa, amor
ResponderEliminarvuelve azul